Áreas Dañadas
Hace más de
20 años en la radio nacional se manejó una bonita campaña cuyo lema era “Una
Honduras verde para el año 2000” pero 11 años después de la llegada del Siglo
XXI el verdor esperado va desapareciendo vertiginosamente porque el hacha y las
motosierras continúan tumbando árboles a lo ancho y largo del territorio
nacional ante la indiferencia gubernamental.
La Honduras
Verde del año 2000 no existe. Las próximas generaciones verán los bosques en
fotografías y pinturas. Hablar de áreas dañadas es hablar del todo el
territorio, porque aun en las áreas protegidas se están cortando árboles
para sustituirlos por el cultivo de
granos básicos y pasto para ganado.
Decenas de
aserraderos que depredan los bosques de Honduras están causando daños
incalculables al ecosistema en todo el país, pese a la resistencia de la
población que es frecuentemente amenazada por los empleados y paramilitares
armados por los propietarios de los madereros.
"Sólo
en Olancho hay 49 aserraderos, con unos 4.000 empleados haciendo este desastre
durante años” dijo el padre Tamayo en cierta ocasión.
La tasa de deforestación en Honduras se
calcula en unas 86.000 hectáreas por año. Los bosques de pino no han disminuido
significativamente en cobertura forestal, pero son objeto de una degradación
gradual debido al sistema de aprovechamiento de la madera, que se caracteriza
por ser selectivo y sin control; a la falta de manejo; a la práctica de la
agricultura migratoria y de la ganadería extensiva; y a la alta tasa de
incendios forestales.
El consumo
anual de leña del país alcanza a unos seis millones de metros cúbicos y el 70
por ciento de éste (4,2 millones de m3) proviene de los bosques latifoliados.
La leña es una fuente de energía muy importante para el país, y la única para
una parte importante de la población rural. Según los precios de 1994 (25
$EE.UU./m3), se puede estimar que el consumo de leña asciende a 150 millones de
$EE.UU.
El fuego
consumió más de 90 mil hectáreas de bosque en 2011 producto de unos 1,600
incendios, los daños significan casi el triple de lo que se reportó en 2010,
según estadísticas del Instituto de Conservación Forestal (ICF).
En 2010
sucedieron 798 siniestros que provocaron la destrucción de 37 mil hectáreas.
Este
fenómeno obedece a que mientras este año el verano fue inclemente, en 2010 el
fuego fue menor debido a que la temporada lluviosa inició en abril, es decir,
un mes antes de lo esperado.
"En
abril y marzo es cuando más incendios hay y fue en ese momento que llegaron las
lluvias, por eso se ve que de 2010 a 2011 se registra un incremento
considerable de incendios", según el icf.
Los bosques
de pino fueron los más afectados con los incendios de 2011.
El ICF
documentó la pérdida de 79 mil hectáreas como resultado de 1,400 incendios en
todo el territorio nacional.
Esta
cantidad de hectáreas representa el 72.4 por ciento de todas las dañadas en
este año. Mientras, en 2011 también sucedieron otros 522 incendios que quemaron
10 mil hectáreas en zonas de bosque no clasificadas. El universo de hectáreas
quemadas equivale al 27 por ciento.
Los otros
bosques, que representan el uno por ciento del universo de los incendiados, son
de tipo mixto, seco y latifoliados.
Las quemas
se registraron en 157 municipios, de los que Guaimaca, Gualaco (Olancho) y
Puerto Lempira fueron los más afectados.
En estos
sitios se registró el 37 por ciento de los siniestros, de acuerdo al reporte
del Instituto de Conservación Forestal.
Honduras
cuenta con 1.7 millones de hectáreas de bosque bajo protección, por lo que las
90 mil que se quemaron significan un 5.1 por ciento de esa porción boscosa.
Los estudios
del ICF indican que casi la totalidad de los incendios se produce por origen
del hombre, debido a la arraigada costumbre de utilizar este elemento para el
diario vivir.
"El
fuego forma parte de nuestra cultura y diario vivir, especialmente en el área
rural, ya que se utiliza para la generación de luz, preparación de alimentos y
para la no muy recomendada actividad de preparación de sitios para
siembra", dice el informe de la Campaña de Prevención y Combate de
Incendios Forestales 2010-2011
Nosotros como Hondureños deberiamos de tomar conciencia de que los arboles son fuente de vida ya que por medio de ellos nos llega el agua un liquido vital para cada ser humano y nos da aire que tambien es algo vital que todo ser humano necesita. Talar un arbol o provocar incendios es como que acabemos poco poco con nuestras vidas y despues vamos anhelar la sombra el agua el aire de cada uno de ellos
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